martes, 9 de junio de 2009


Características:

Sabemos que cada niño sigue su propio ritmo; así también lo hace en el lenguaje, pero hay una serie de signos que será conveniente observar pues nos alertarán de que algo no marcha bien:
- que un bebé sea silencioso y no balbucee durante los primeros meses.
- que entre los 12 y 24 meses no comprenda órdenes sencillas (señalar con el dedo algo que se le nombra, negar con la cabeza, decir adios con la mano) ni desarrolle una jerga (un habla) espontánea.
- que, alrededor de los 2 años, no pronuncie palabras parecidas a las del lenguaje establecido.
- que sobre los 3 años y medio, su habla no pueda ser entendida por personas que no forman parte de su núcleo familiar.
Si un niño de 2 años y medio no habla es importante discriminar:
- si comprende el lenguaje, lo que se le dice.
- si puede haber alguna lesión neurológica, sensorial (de la audición, sobre todo) o motriz (ha de poder "hacer" lo que oye) o déficit en los órganos de fonación.
- si cuenta con un nivel de inteligencia suficiente; lenguaje e inteligencia van muy unidos.
- si le rodea un ambiente adecuado (de buena estimulación).
- si le rodea algún problema más de tipo psicológico, que pueda estar influyendo en dicha adquisición (algún bloqueo emocional, nacimiento de un hermano).
Si se observa alguno de estos puntos, será conveniente consultar al pediatra o especialista en cuestión.

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